El Banco de España calcula que hay menos de dos oficinas bancarias por cada 1.000 personas mayores de 60 años, en las que, a menudo, no se pueden realizar operaciones en ventanilla, obligando a los usuarios a lidiar con los cajeros o con internet.
La digitalización de la banca y el incremento propiciado por la crisis sanitaria de las operaciones a través de tarjetas y móviles han puesto en evidencia los problemas que la brecha digital ocasiona entre las personas de la tercera edad y entre otros colectivos vulnerables cuando quieren gestionar su dinero. A fin de cuentas, el uso del efectivo sigue siendo la forma de pago preferida por el 53% de los mayores de 64 años.
Esta situación ha llevado a la proliferación de diversas iniciativas durante los últimos meses para reducir los efectos de la exclusión financiera, como la campaña promovida por el médico jubilado Carlos San Juan, “Soy mayor no idiota”, una recogida de firmas para garantizar la atención presencial en las sucursales bancarias.
¿Qué causas y qué consecuencias tienen la brecha digital y la exclusión financiera para las personas mayores? Lo analizamos.
¿Qué es la brecha digital?
Aunque la digitalización tiene muchas ventajas, esta no se da con la misma intensidad en todas partes, ni entre todos los grupos de ciudadanos. A finales de 2021, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), un organismo de la ONU, advertía que el 52% de las mujeres y al 42% de los hombres no tenían acceso a Internet y a las TIC en todo el mundo. Esta desigualdad es la llamada “brecha digital” y se da con mayor frecuencia en países pobres o en vías de desarrollo. Pero, incluso en países desarrollados, la brecha digital se produce entre ciudadanos con diferente poder adquisitivo o de diferentes grupos de edad.
Tipos de brecha digital
Hay diferentes tipos de brecha digital:
- Brecha de acceso: este tipo de brecha está condicionado por la realidad socioeconómica de las personas y se refiere a las posibilidades de acceder a la tecnología.
- Brecha de uso: hace referencia a las dificultades en el manejo de la tecnología, aunque se tenga acceso a ella.
- Brecha de calidad de uso o de conocimientos: se refiere a las competencias digitales, es decir, alguien puede tener acceso a la tecnología y saber hacer un uso básico de ella, pero quizá no pueda explotar todas sus posibilidades.
En el caso de nuestro país, la brecha digital que se produce entre personas de la tercera edad está relacionada con el uso y con la calidad de uso o los conocimientos.
Cómo la brecha digital contribuye a la exclusión financiera
Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares, el 68% de los encuestados entre 65 y 74 años o no tiene habilidades digitales o su habilidad digital es baja.
Este desconocimiento o falta de habilidades puede afectar al uso de los servicios bancarios que hace la tercera edad:
- Problemas para acceder a sus cuentas bancarias y a los servicios vinculados desde cajeros
- Problemas para acceder a servicios electrónicos
- Problemas para gestionar su dinero (como acceder a dinero en efectivo) y realizar pagos
Principales causas de la exclusión financiera entre la tercera edad
Cierre masivo de cajeros y entidades bancarias
Según el Banco de España, en los últimos cinco años, la banca española ha cerrado el 33,4% de sus sucursales, aproximadamente 9.700.
El cierre de oficinas deja a 1,3 millones de personas, un 3% de los ciudadanos, en vulnerabilidad en el acceso al efectivo según el Banco de España; como personas mayores que dependen de bancos y cajas para cobrar su pensión.
Incremento de las operaciones en cajeros o por Internet
Muchas oficinas no permiten realizar operaciones en ventanilla, obligando a los usuarios a tratar con cajeros automáticos. Estos protocolos causan muchas quejas y problemas entre los miembros de la tercera edad.
Estas restricciones afectan a operaciones con dinero en efectivo tan habituales como sacarlo o ingresarlo. Además, servicios como el de cambio de moneda, el conteo de monedas o su canje por billetes es cada vez más restrictivo, con horarios marcados, citas previas y comisiones de entre 6 y 10 euros.
Por otro lado, según el Banco de España, más de la mitad de municipios españoles no tiene ninguna sucursal bancaria, lo que empuja a los usuarios a tener que realizar gestiones y operaciones bancarias a través de internet, sin asistencia humana.
Escalada de la inflación
La inflación media en España se situará sobre el 7% en 2022, muy por encima del 3,1% que subieron los precios en 2021. Esto está haciendo que las personas mayores tengan menos capacidad de compra y menos poder adquisitivo.
Por su parte, los ahorros con los que cuenten las personas mayores irán perdiendo valor en el tiempo si la subida de precios no desacelera. En España hay aproximadamente 1.800 millones de euros en monedas de baja denominación sin utilizar que pierden valor día a día en huchas y cajones de los ciudadanos
La asociación de Coinstar con el retail contribuye a reducir la exclusión financiera
Gracias a Coinstar, los ciudadanos, desde los más jóvenes a la tercera edad, pueden aprovechar hasta el último céntimo en su monedero para mejorar su poder adquisitivo y su capacidad de compra. Coinstar ofrece una solución sencilla y rápida de usar para que los consumidores gestionen las monedas que tienen en huchas y cajones sin utilizar, sin necesidad de desplazarse expresamente hasta una sucursal bancaria.
Más de dos millones de personas ya utilizan Coinstar en España y acuden de manera recurrente a su supermercado o hipermercado de confianza para usar el quiosco y realizar su compra en el mismo establecimiento. Canjear la calderilla por cupones y aprovecharlos para adquirir artículos de primera necesidad es muy fácil para cualquier tipo de persona.
La presencia de Coinstar en las instalaciones de un retailer incentiva la visita de clientes que desean un servicio para gestionar su efectivo cómodo, fiable y disponible en un horario amplio. Además, el retail de alimentación tiene la oportunidad de incrementar su rentabilidad. Los partners nacionales de Coinstar han facturado más de 80 millones de euros extra.